Mi hija la mayor quiere una bici rosa. Para quienes me conocen, no es ningún secreto la veneración que siento por Fernando Fernán-Gómez. Por eso mismo realizar el cartel y el programa de mano de Las bicicletas son para el verano supuso un doble placer. Me refiero, naturalmente, a la versión que montaron los jóvenes estudiantes del Navarro Villoslada.
Como en el caso de Misericordia, la primera visión fue en sepia. A pesar de que en el cartel no aparece foto alguna, Adolfo Lacunza se encargaría de las que aparecerían en el programa de mano.
Me encanta esta obra y todavía me pone la carne de gallina su final. En él, una vez acabada oficialmente la guerra civil española, padre e hijo comparten un triste cigarro, mientras hablan sobre el futuro:
Como en el caso de Misericordia, la primera visión fue en sepia. A pesar de que en el cartel no aparece foto alguna, Adolfo Lacunza se encargaría de las que aparecerían en el programa de mano.
Me encanta esta obra y todavía me pone la carne de gallina su final. En él, una vez acabada oficialmente la guerra civil española, padre e hijo comparten un triste cigarro, mientras hablan sobre el futuro:
—Y mamá… que estaba tan contenta porque había llegado la paz.Me hubiera gustado poner un vídeo con este diálogo, pero no he encontrado ninguno. Así que, a modo de compensación, dejo este otro extraído de la película que rodó Jaime Chávarri:
—Es que no ha llegado la paz, Luis. Ha llegado la victoria.
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