He perdido la cuenta de cuándo empecé a colaborar con Euskalerria Irratia. Anduve en una especie de tertulia gráfica con Zaldi Eroa. De cuando en cuando daba mi opinión lsobre temas diversos, cuando así me la solicitaban. Pero mi relación con la radio se fundamentó básicamente a través del programa musical que hacía cada jueves, Parke Jurasikoa.
Creo que empezó en 2002. No estoy muy seguro con las fechas, pero desde que empezó el espacio habré programado miles de canciones. Guardo un muy buen recuerdo de ese tiempo. Si la audiencia del mismo se sintió satisfecha en una décima parte de lo que yo me he sentido, habré cumplido.
La música que programaba era jurásica porque se remontaba generalmente la friolera de 40 años atrás. La mayoría de músicos e interpretes que pasaron por aquel espacio están muertos o desaparecidos de la escena. Resucitar a aquellos dinosaurios era un acto de amor: a ellos, a su música, y a la audiencia.
Sin embargo, este año este parque cierra sus puertas. Por un lado, mi agenda familiar me marca otras prioridades –más agradables, además–. Por otro –y también es una razón de peso–, creo que tengo poco o nada nuevo que ofrecer a la audiencia. Ya he completado una etapa y la doy por buena.
La música que programaba era jurásica porque se remontaba generalmente la friolera de 40 años atrás. La mayoría de músicos e interpretes que pasaron por aquel espacio están muertos o desaparecidos de la escena. Resucitar a aquellos dinosaurios era un acto de amor: a ellos, a su música, y a la audiencia.
Sin embargo, este año este parque cierra sus puertas. Por un lado, mi agenda familiar me marca otras prioridades –más agradables, además–. Por otro –y también es una razón de peso–, creo que tengo poco o nada nuevo que ofrecer a la audiencia. Ya he completado una etapa y la doy por buena.
Quiero agradecera Euskalerria Irratia la libertad que me han dado todos estos años, para hacer lo que me ha dado la gana en la elección del programa como de sus contenidos. Si la calidad de Parke Jurasikoa no ha sido mayor, es culpa de un servidor o de mi propia incapacidad. No puedo responsabilizar a nadie más, porque he gozado de toda la autonomía del mundo.
Quiero agradecer también a Ibon y Amaia por toda la cobertura técnica y moral que me han brindado desde el otro lado del cristal. Gracias, en general, a todo el equipazo que me he encontrado en lo alto de la torre Irrintzi: Mikel, Leire, Juan Kruz, Pello, Txari, Reyes…
Con la confianza de que volveremos a encontrarnos en esos caminos, ongi izan eta eutsi goiari!
Iruzkinak. Bota hemen zurea:
0 iruzkin. Gehitu zurea:
Argitaratu iruzkina