escritos por Josemari Esparza Zabalegi
que tuve el honor de ilustrar.
Eskerrik asko, JM!
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Que nadie dude en afirmarlo: salvo rarísimas excepciones toda la clase política navarra, y más la de derechas, ha tenido abuelos amantes y defensores del euskera y de Euskalherria. Y algunos hasta extremos curiosos. Es el caso de Manuel Aznar Zubigaray, abuelo del expresidente José María Aznar.
Euskaldun de Etxalar (1894-1975) periodista y diplomático, su espectacular biografía lo llevó de ser rabioso nacionalista vasco a prohombre del régimen franquista. Esta peculiar andadura volvió a la actualidad al ocupar su nieto la presidencia del Gobierno Español y convertirse en el mayor enemigo de todo cuanto en su momento defendiera su abuelo. En 1907 ya andaba inaugurando batzokis en su pueblo natal. En 1913 escribía en Euzkadi, con el seudónimo “Imanol”, una columna muy popular, y otra sobre cuestiones de la guerra mundial bajo el seudónimo de “Gudalgai”. Como “Imanol” también firmaba en la revista Hermes y otros medios, e Imanol hizo poner entre paréntesis al cura que bautizó a su hijo Manuel –padre del futuro Presidente de Gobierno español– ante la misma pila que fuera bautizado Sabino Arana. Su esposa era hermana de Txomin, jugador del Athlétic de Bilbao, y a Manuel Aznar le atribuyen ser uno de los que auspició la existencia de una selección de fútbol vasca.
Indalecio Prieto en Convulsiones de España, escribió un artículo titulado “Ficha de un Perillán” en el que dice que conoció a Manuel Aznar cuando él era diputado por Vizcaya (1911-1915) y el mozo era redactor de Euzkadi y estaba haciendo la mili como soldado de cuota.
“Había hecho su aprendizaje periodístico en Pamplona, en La Tradición Navarra. Hijo del organista de Echalar y sobrino del párroco de este pueblo, el joven pirenaico comenzó militando en el integrismo, del cual era órgano La Tradición Navarra. Al enrolarse en Euzkadi, órgano del nacionalismo vasco, no sintió empacho para saltar desde las filas españolistas, que inicialmente capitaneaban los Nocedal, hasta los separatistas alineadas por Sabino Arana. Fue el primer blinco de Aznar…Viniéndole corto el periodismo, Aznar abordó el teatro y en el domicilio social de la Juventud Nacionalista Vasca estrenó una obra titulada El Jardín del Mayorazgo, donde se vierten contra España los mayores insultos, los más afrentosos escarnios, las más viles calumnias. Tamaña inmundicia respondía sin duda al “designio entusiasta de trabajar por la mayor gloria de España”, según afirmó que había sido siempre su norte cuando el nombraron presidente de la Asociación de la prensa.
De Euzkadi se fue a Madrid y se hizo españolista liberal, trabajando con José Ortega y Gasset en El Sol, aunque pronto se hizo romanonista. Llegada la República fue azañista y luego pasó al maurismo. En Julio de 1936 se presentó ante Indalecio Prieto en Madrid y le pidió protección ante los anarquistas. Vistió uniforme de miliciano hasta que consiguió una misión para marchar a Bélgica, de donde pasó al lado franquista. Los franquistas lo cogieron preso y casi lo fusilan porque no se fiaban de él…”
Indalecio Prieto acababa llamándolo “El zascandil de Echalar”. Al menos su nieto fue más coherente.
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