escritos por Josemari Esparza Zabalegi
que tuve el honor de ilustrar.
Eskerrik asko, JM!
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Navarra es una perdiz mareada. Perdiz perseguida y acosada, al final perdida, con sus perdiganas dispersas, hasta que confundidas sus querencias naturales, acaba alejándose de la ezpuenda donde tiene el nido y se posa inerte en cualquier asfalto. En Tafalla hemos llegado a atrapar perdices en la misma plaza, mareadas debajo de los coches, que sin duda tomaron por chaparrales salvadores.
Navarra hoy vive en el absurdo. Dicen que la antigua Vasconia no es vasca, que el euskera no es la lengua de los navarros, que nunca tuvimos nada que ver con los otros vascos… y sobre estos asertos montan su entramado institucional y nos condicionan la vida cotidiana. Citar en Navarra la palabra Euskalherria es “un desvarío nacionalista”, como si llamar por su nombre al pueblo más antiguo de Europa fuera un invento. Y para hacer del absurdo norma, dictan leyes que constriñen la lengua, prohiben símbolos, manipulan la educación, los libros, la prensa…