escritos por Josemari Esparza Zabalegi
que tuve el honor de ilustrar.
Eskerrik asko, JM!
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Algo falla en nuestra “Comunidad diferenciada” cuando sus instituciones no puede recuperar casi a ninguno de sus más significados literatos, aquellos que forjaron nuestra personalidad cultural en los dos últimos siglos. Todos “queman” como patata caliente. Desde Navarro Villoslada con su Amaya o los vascos del siglo VIII hasta el actual Pablo Antoñana, premio Príncipe de Viana, pasando por los Olóriz, Campión, Altadill, Iturralde y Suit, Urabayen… absolutamente todos, fueran del color político que fueran, planteaban una visión de Navarra como tronco de Euskal Herria que hoy no tiene encaje en nuestro paisaje institucional. Y como la Navarra actual es casi perfecta, todos ellos anduvieron errados, pese a su sapiencia.
Y como digo que eran de todos los colores, hablaré de un extremo, el negro: Manuel Iribarren nació en Iruñea. En 1936 se hizo falangista, del equipo redactor de la revista Jerarquía. Revista negra de la Falange. Tras la guerra del 36, fue director de Príncipe de Viana y en 1965 Premio Nacional de Literatura lo que le consagró como el escritor navarro más alabado del la postguerra. No se puede negar cierta calidad a su extensa obra y un profundo conocimiento de la historia, arte y pueblos de Navarra. En su gran obra, Navarra, ensayo de biografía (1956) vuelca toda su erudición y conocimiento de esta tierra ¿Por qué entonces hoy nadie lo cita ni lo edita?