que, al igual que otros publicados en este blog,
tuve el honor de ilustrar.
Gracias, Patxi, por permitirme publicarlos.
---------------------------------------------
---------------------------------------------
Mañana, 9 de junio, tomando impulso desde el último peldaño de la escalera al cielo que son para ellas los sanfermines, las Peñas de Iruñea celebrarán su tradicional Festival, y lo harán con un concierto de macarras, que es como se hacen, o se deberían hacer siempre estas cosas, sobre todo cuando el lugar elegido es, como en esta ocasión, una plaza de toros. La misma sobre cuya arena sólo un mes más tarde caerán despanzurrados medio centenar de morlacos. No hay fiebre aftosa, ni mal de las vacas locas que valga. Lo único que cambiará bajo el sol de julio será que los monosabios, que no son unos primos de Amedio a los que mandaron a la universidad, sino los que les rebanan las orejas a los bichos masacrados, ya no tendrán que mancharse las manos de mierda cuando el presidente de la corrida (sobre este término no haremos juegos fáciles de palabras) haya considerado el asesinato como una de las bellas artes y condecore al artista, un tipo en leotardos marcando paquete, con un trofeo de dudoso gusto: el rabo del animal. Ahora será preciso llevar a analizar las vísceras a algún laboratorio de referencia.