As we come marching, marching in the beauty of the day,
A million darkened kitchens, a thousand mill lofts gray,
Are touched with all the radiance that a sudden sun discloses,
For the people hear us singing: "Bread and roses! Bread and roses!"
As we come marching, marching, we battle too for men,
For they are women's children, and we mother them again.
Our lives shall not be sweated from birth until life closes;
Hearts starve as well as bodies; give us bread, but give us roses!
As we come marching, marching, unnumbered women dead
Go crying through our singing their ancient cry for bread.
Small art and love and beauty their drudging spirits knew.
Yes, it is bread we fight for -- but we fight for roses, too!
As we come marching, marching, we bring the greater days.
The rising of the women means the rising of the race.
No more the drudge and idler -- ten that toil where one reposes,
But a sharing of life's glories: Bread and roses! Bread and roses!
Ogia nahi dugu, baina baita larrosak ere!
1909ko martxoaren 8an, 15.000 emakume atera ziren New Yorkeko kaleetan barna, Ogia (hau da: lan baldintza hobeak, lan-ordu gutxiago, soldaten parekotasuna eta duintasuna…) eta Larrosak (pozez eta edertasunez betetako bizitza baten lorpena irudikatzen) aldarrikatuz.
Poliziak bortizki erreprimitu zuen ekintza hau, baina haien borroka 1910etik aurrera betirako gogoratuko zen, Clara Zetkinek Emakumeen Nazioarteko Eguna martxoaren 8 hura izatea proposatu zuenetik, gaur arte.
Ordu ezkeroztik, Ogia eta Larrosaren ikurrak emakumeen justiziaren aldeko borroka irudikatzen du. Herri anglofonoetan kantu bat dago, James Oppenheimek 1911ko abenduan idatzi zuen olerkian oinarritua, Bread and Roses.
Ogia eta larrosak
(1911)
Oinez gatozenean, oinez egunaren edertasunean
Milioi bat sukalde ilun, milioi bat lantoki itzal
Bapateko eguzki bati darion indarrak ukituak dira.
Jendeak gu entzuteko kantuz ari gara: "Ogia eta larrosak, ogia eta larrosak!"
Oinez gatozenean, oinez borrokatzen dugu, gizonen alde ere
Emakumeen semeak baitira, eta gu berriz haien amak.
Gure bizitzak ez dira izerditan urtuko, jaiotzatik hil arte.
Gorputzak bezala, bihotzak ere gosez hiltzen dira: Emaiguzue Ogia, baina baita Larrosak ere.
Oinez gatozenean, oinez, hamaika emakume hilda
Gure kantuen artetik ogiaren kantu zaharra oihukatuz;
Haien izpiritu goibelduak ezer gutxi zekiten arteaz, maitasunaz, edertasunaz.
Bai, Ogiaren alde borrokatzen dugu, baina baita Larrosen alde ere
Oinez gatozenean, oinez, Egun Handiak dakartzagu
Emakumeon altxatzea gizarte osoaren altxatzea baita
Esklabua eta alperra bukatu dira hamar nekez hiltzen, bat egonean
Parti ditzagun bizitzaren gloriak: Ogia eta larrosak! Ogia eta larrosak!
James Oppenheim
(1882-1932)
(1882-1932)
Queremos pan ¡pero también queremos rosas!
Durante una manifestación de 15.000 obreras textiles neoyorquinas en marzo de 1908, un grupo de mujeres jóvenes portaban una bandera con la inscripción: Queremos pan, y también queremos rosas, reivindicando mejoras laborales, reducción de jornadas, igualdad salarial y dignidad, pero tambien el derecho a la alegría ya una vida plena.
La policía reprimió brutalmente esta manifestación, pero su lucha sería recordada a partir de 1910, cuando Clara Zetkin propuso el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, hasta hoy.
Desde entonces el pan y las rosas simbolizan la lucha de la mujer por la justicia. En el movimiento feminista, posteriormente, la expresión pan y rosas se utilizó, metafóricamente, para sintetizar la unidad de las demandas de género y de clase.
Este poema del escritor norteamericano James Oppenheim –activista afiliado al sindicato combativo IWW (Industrial Workers of the World)– es un homenaje a las mujeres trabajadoras que protagonizaron el movimiento huelguístico conocido con el nombre de Pan y Rosas.
La policía reprimió brutalmente esta manifestación, pero su lucha sería recordada a partir de 1910, cuando Clara Zetkin propuso el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, hasta hoy.
Desde entonces el pan y las rosas simbolizan la lucha de la mujer por la justicia. En el movimiento feminista, posteriormente, la expresión pan y rosas se utilizó, metafóricamente, para sintetizar la unidad de las demandas de género y de clase.
Este poema del escritor norteamericano James Oppenheim –activista afiliado al sindicato combativo IWW (Industrial Workers of the World)– es un homenaje a las mujeres trabajadoras que protagonizaron el movimiento huelguístico conocido con el nombre de Pan y Rosas.
Pan y Rosas
(1911)
Mientras vamos marchando, marchando a través del hermoso día
Un millón de cocinas oscuras y miles de grises hilanderías
Son tocados por un radiante sol que asoma repentinamente
Porque el pueblo nos oye cantar: ¡Pan y rosas! ¡Pan y rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, luchamos también por los hombres
Ya que ellos son hijos de mujeres, y somos sus madres otra vez
Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte
Los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos: Dadnos pan, pero dadnos también rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, innumerables mujeres muertas
Van gritando a través de nuestro canto su antiguo reclamo de pan
Sus espíritus fatigados conocieron el pequeño arte y el amor y la belleza
¡Sí, es por el pan que nos peleamos, pero también nos peleamos las rosas!
A medida que vamos marchando, marchando, traemos con nosotras Días Mejores
El levantamiento de las mujeres significa el levantamiento de la humanidad
Ya basta del agobio del trabajo y del holgazán: diez que trabajan para que uno repose
Queremos compartir las glorias de la vida: ¡Pan y rosas! ¡Pan y rosas!
(1911)
Mientras vamos marchando, marchando a través del hermoso día
Un millón de cocinas oscuras y miles de grises hilanderías
Son tocados por un radiante sol que asoma repentinamente
Porque el pueblo nos oye cantar: ¡Pan y rosas! ¡Pan y rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, luchamos también por los hombres
Ya que ellos son hijos de mujeres, y somos sus madres otra vez
Nuestras vidas no serán explotadas desde el nacimiento hasta la muerte
Los corazones padecen hambre, al igual que los cuerpos: Dadnos pan, pero dadnos también rosas!
Mientras vamos marchando, marchando, innumerables mujeres muertas
Van gritando a través de nuestro canto su antiguo reclamo de pan
Sus espíritus fatigados conocieron el pequeño arte y el amor y la belleza
¡Sí, es por el pan que nos peleamos, pero también nos peleamos las rosas!
A medida que vamos marchando, marchando, traemos con nosotras Días Mejores
El levantamiento de las mujeres significa el levantamiento de la humanidad
Ya basta del agobio del trabajo y del holgazán: diez que trabajan para que uno repose
Queremos compartir las glorias de la vida: ¡Pan y rosas! ¡Pan y rosas!
James Oppenheim
(1882-1932)
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