—A ver cómo se se lo explico… No tengo por qué contarle con quién tengo contrato, ni cuánto pago, ni tengo por qué faclitarle mis datos personales o fiscales. Me ha llamado usted, y si quiere hacerme alguna oferta, hágalo, y trate que sea tentadora.
¡A ver si ahora se enteran y dejan de hacer el miserable de una vez, repámpanos!