Si el ex ministro y ahora candidato Cañete se hubiera referido a otras razas, no habría lugar para la tontería. Habló, sin embargo, de las mujeres. Y ahí, por alguna extraña razón o por la fuerza de un quiste que aún no se ha ido, se abre el debate. Racista, xenófobo, antisemita… no admiten discusión. Se es, o no se es. Pero machista… Para ser machista parece que caben infinidad de matices. Y así nos va.
Este y otros temas se tocaron con un palo en la Asamblea de Majaras de ayer.