Ayer dieron a conocer a los 8 finalistas de la convocatoria para elegir el cartel que anuncie las fiestas de San Fermín de 2016. Como cada año, me arrimo a este blog que tan abandonado tengo (este tema merecería otra explicación, pero no es ahora el momento) a soltar mis impresiones sobre los elegidos.
El rojiblanco es la combinación que se impone en el montaje de carteles de ahí arriba. Sin conocer el total de carteles presentados es evidente que, en lo cromático, volvemos a los clásicos. En general, me viene una sensación de déjà vu, por diferentes razones: los temas, las técnicas, los tratamientos, las composiciones... Los toros aparecen en la mitad de los carteles; el santo, en un par de ellos y la comparsa en otro; el txupinazo sólo en uno. Tenemos también uno que no emplea imágenes y que tira de texto y tipografía, más un bonus track que aglutina todos los elementos.
El rojiblanco es la combinación que se impone en el montaje de carteles de ahí arriba. Sin conocer el total de carteles presentados es evidente que, en lo cromático, volvemos a los clásicos. En general, me viene una sensación de déjà vu, por diferentes razones: los temas, las técnicas, los tratamientos, las composiciones... Los toros aparecen en la mitad de los carteles; el santo, en un par de ellos y la comparsa en otro; el txupinazo sólo en uno. Tenemos también uno que no emplea imágenes y que tira de texto y tipografía, más un bonus track que aglutina todos los elementos.